Resonancia magnética y tomografía computarizada para el diagnóstico de inestabilidad vertebral y tetraparesia aguda en un dragón de Komodo adulto (<em>Varanus komodensis</em>)
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Palabras clave

Varanus komodensis
Inestabilidad vertebral
Dragón de Komodo
Tetraparesis
Diagnóstico por imagen

Cómo citar

1.
Aguilar RF, Gamer MM, Yoshicedo JN. Resonancia magnética y tomografía computarizada para el diagnóstico de inestabilidad vertebral y tetraparesia aguda en un dragón de Komodo adulto (<em>Varanus komodensis</em>). CV [Internet]. 17 de febrero de 2015 [citado 29 de marzo de 2024];1(1). Disponible en: https://revistas.fmvz.unam.mx/index.php/Clinica-Veterinaria/article/view/1

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Resumen

Clínica Veterinaria: abordaje diagnóstico y terapéutico
ISSN: 2395-8766

Cómo citar este artículo:

  • Aguilar RF, Gamer MM, Yoshicedo JN. Resonancia magnética y tomografía computarizada para el diagnóstico de inestabilidad vertebral y tetraparesia aguda en un dragón de Komodo adulto (Varanus komodensis). Clínica Veterinaria: abordaje diagnóstico y terapéutico;2015;1(1).
Descripción del caso: en un zoológico en el sudeste de Estados Unidos, un dragón de komodo (Varanus komodensis) macho de 12 años de edad y 61.5 kg, consumió una roca grande durante el curso de su alimentación diaria. El tamaño y el peso de la roca hacían poco probable su regurgitación.

Hallazgos clínicos: el animal fue sedado para la extracción manual del cuerpo extraño gástrico. La roca fue removida de manera exitosa con masaje externo gentil, combinado con acceso esofágico manual a la región del cardias. Dos semanas después del procedimiento el animal empezó a mostrar renuencia a bajar la cabeza mientras comía. Presentó ataxia, que se exacerbaba cuando el animal intentaba comer en ventroflexión. Con excepción de estos signos, el monitor parecía estar normal y gozar de buena salud. La ataxia persistió durante 12 meses, hasta que el lagarto presentó un cuadro agudo de tetraparesis.

Tratamiento y evolución: los hallazgos radiográficos sugerían considerar traumatismo cervical y compresión de la médula espinal. La Tomografía Computarizada (TC) y los estudios de Imagen por Resonancia Magnética (IRM) confirmaron las lesiones sospechadas en los cuerpos vertebrales. Estas imágenes mostraron cambios degenerativos entre la primer y segunda vértebra cervical, con la formación de un osteofito y la reducción del canal óseo vertebral. Además, había tejido blando extra dural hiperdenso localizado ventralmente, lo que causaba estenosis vertebral severa y compresión del cordón medular. Las imágenes por TC fueron consistentes en compresión de la médula espinal en la región de las tres primeras vértebras cervicales. La necropsia e histopatología confirmaron la inestabilidad vertebral con compresión secundaria del cordón espinal entre C1 y C4. El traumatismo cervical agudo, aún en una forma ligera, pudo haber causado que la vértebra inestable comprimiera la médula espinal.

Relevancia clínica: la anatomía cervical de los varanos consiste en un cóndilo occipital simple en la base del cráneo y una sola superficie articular intervertebral en cada vértebra cervical, lo cual es probable que predisponga a inestabilidad cervical. Debido a estas características anatómicas, los dragones de Komodo mantenidos en cautiverio deben de ser manejados con extremo cuidado para evitar lesiones traumáticas de las vértebras cervicales y, en consecuencia, evitar lesiones secundarias a la médula espinal. Se han reportado numerosos casos similares en esta especie.

Palabras clave: dragón de Komodo (Varanus komodensis), tetraparesis, inestabilidad vertebral, diagnóstico por imagen.



Dragón de Komodo (Varanus komodensis).
Algunos derechos reservados por BenSanborn.
Fotografía modificada a partir de una Licencia CC BY-SA 2.0

Abstract

Case report: in a zoo in the Southeastern USA, a 12-year-old, 61.5 kg male komodo dragon (Varanus komodensis) ate a large rock during the course of daily feeding. The size and weight of the rock made regurgitation unlikely.

Clinical findings: The animal was sedated for manual gastric foreign body removal. The rock was removed successfully with careful external massage, combined with manual esophageal access to the cardiac region. Two weeks after the procedure, the animal began to show reluctance to lower its head while eating. Ataxia was present and most exacerbated when the animal attempted to feed in ventroflexion. The monitor appeared to be otherwise normal and in relative good health. The ataxia was persistent, and lasted 12 months, until the animal was found acutely tetraparesic.

Treatment and evolution: radiographic findings were suggestive of cervical trauma and spinal cord compression. Computerized Tomography (CT) and Magnetic Resonance Imaging (MRI) revealed suspect lesions in the vertebral bodies. Images demonstrated degenerative changes between the first and second cervical vertebrae with osteophyte formation and mild bony vertebral canal narrowing. In addition, there was hyper-dense extra-dural soft tissue ventrally, resulting in severe vertebral stenosis and cord compression. CT images were consistent with spinal cord compression in the region of the first three cervical vertebrae. Necropsy and histopathology confirmed vertebral instability with secondary spinal cord compression between C1 and C4. Acute cervical trauma, even in a slight form, may have caused the unstable vertebrae to compress the spinal cord.

Clinical relevance: varanid cervical anatomy consists of a single occipital condyle in the skull base and a single intervertebral articular surface in each cervical vertebra, which is also likely to predispose instability in the cervical vertebrae. Due to these anatomical features, Komodo dragons in captivity should be handled with extreme care to avoid trauma of the cervical vertebrae, thereby avoiding secondary injury to the spinal cord. There have been numerous cases of similar injuries in the species.

Keywords: Komodo dragon (Varanus komodensis), tetraparesis, vertebral instability, imaging

https://doi.org/10.22201/fmvz.23958766e.2015.1.1
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Referencias

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